Y tú, ¿te apuntas?



Muchos días, cuando abrimos el correo del Periódico Rociero, me encuentro con personas que se dirigen a mí y que, después de leer un editorial, se sienten bien o se quedan pensando y hasta se animan a escribirme para decirme qué han sentido y por qué.


Me siento pequeña al lado de cada una de estas personas, porque en ellas veo una grandeza de alma indescriptible, justo la grandeza que a mí me falta y que intento aprender cada día. Me siento privilegiada porque sin ser nadie especial otros acogen mi mensaje para hacerlo suyo. Me siento en la necesidad de escribir sin pensar en mí misma sino en los demás. Me siento libre, cuando expreso lo que pienso, lo que creo, lo que quiero y lo que espero.

Pero por encima de todo esto hay dos sentimientos que me invaden profundamente: uno es el de estar agradecida, porque soy yo quien debe daros las gracias a vosotros y no al contrario. Y os agradezco que estéis ahí detrás, al otro lado de la pantalla de un ordenador, pendientes cada día de que al abrirse la portada de Periódico Digital Rociero, os encontréis algo nuevo que os haga renacer a la esperanza, cuando yo misma necesito tantas veces incentivar mi Fe, fortalecerla y no dejarme llevar por los atolladeros del quehacer cotidiano. Vosotros conseguís que mis preocupaciones pasen a ocupar un segundo plano cuando recibo la confianza con la que me contáis las vuestras. ¡Es impresionante todo lo que os tengo que agradecer!. El segundo sentimiento es que me siento obligada a orar, porque en casi todos esos correos me decís que cuando vea a la Virgen pida para que se arreglen las cosas que os agobian tanto.

Y yo me pregunto: ¿Y va a servir de algo mi oración? ¿No será muy escasa ante nuestra Madre si lo hago yo sola?

Pero veréis, tengo la respuesta, y es que la unión hace la fuerza. La Oración que se realiza con Fe conmueve el corazón de Santa María del Rocío. Ella hace que no estemos solos y ora con nosotros, con mayor insistencia que nosotros. Sin embargo hay algo que debería tenernos convencidos porque son palabras del mismo Jesús, Pastorcito Divino de los rocieros, y es que donde hay dos o más reunidos en su Nombre allí está Él en medio de ellos. Como también debería convencernos que todo lo que pidamos en su Nombre, se cumplirá.

Entonces, ¿a qué esperamos? ¿Por qué no aprovechar un Medio de Comunicación para rezar con el prójimo? ¿Por qué no abrir hoy la primera página para que sepas que aquí hay alguien que reza por ti y que tú también puedes rezar por mí y por otros que están en las mismas o en peores circunstancias que la tuya?

Me dirijo a ti, rociero, rociera. A ti, que tantas veces te has puesto delante de la Virgen, y has llegado para ver si la llaga de tu corazón encontraba su medicina. A ti, que pensaste que lo que pidiera el que estaba a tu lado podía esperar para que por fin atendiera lo tuyo. A ti, que te sientes solo. A ti, que te haces el fuerte pero en el fondo eres más frágil de lo que quieres aparentar. A ti, porque creo en tu oración como tú crees en la mía y porque juntos haremos presente a Jesús, que siempre suele venir en las manos de la Virgen.

Tenemos que orar con los cinco sentidos, ¿tú te apuntas?

Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es