Situaciones que nos desbordan



Por situaciones que parecen desbordarnos, hemos pasado y pasamos todos. Sería un listado largo el enumerar situaciones concretas con las que no sabemos qué hacer, momentos que borraríamos de la historia y circunstancias nada deseables que no querríamos haber vivido.

Cada una de esas situaciones, cada uno de esos momentos y circunstancias suelen estar ligados a luchas internas: si se está en el paro, existe una vorágine de mecanismos que desearíamos poner en práctica para la consecución inmediata de trabajo; si hay una enfermedad de por medio, vivida en primera persona o en un familiar o amigo cercanos, quisiéramos tener toda una artillería para la recuperación de la salud; si se experimenta una decepción o un fuerte desengaño en la relación de pareja, en las relaciones de familia o de amistad, echaríamos a andar lo que estuviera a nuestro alcance para que nada de lo que nos dolió hubiera pasado. Y así, una tras otra, sean las situaciones que sean, todas van a acabar en el pozo del alma, donde se desatan las luchas por sobrevivir al dolor, donde se busca el agua que purifica y sana, donde podemos encontrarnos con el único que todo lo puede.

Esas situaciones desbordantes están a salvo en las manos de la Virgen del Rocío. Ella sabe llegar al fondo de nuestros corazones, hurgar en las heridas que más nos duelen y curarlas desde adentro.

A veces, es doloroso el proceso, pero necesario en la mayoría de los casos y solo hay que querer para poder conseguirlo.

A Ella le encomiendo cada situación, momento y circunstancia por la que ahora podamos estar pasando. Que Ella, que es el templo del Espíritu Santo, reparta los dones necesarios para limpiar de raíz lo que no es agradable a los ojos de Dios y con su intercesión y ayuda, seamos conscientes de que estamos necesitados de sus cuidados y de su protección.

Sigamos confiando en su mediación bendita con todas las fuerzas de nuestra alma.

Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es