La Hermandad de Emigrantes vivió con emoción su encuentro en Almonte con la Virgen del Rocío




Numerosas personas acompañaron a la Hermandad del Rocío de Emigrantes en su peregrinación anual.

Cientos de hermanos y devotos de la Hermandad de Emigrantes pudieron vivir en la mañana del día 23 del pasado mes de febrero, momentos de emoción y devoción durante el reencuentro con su Madre, la Virgen del Rocío, en la celebración de Eucaristía compartida con sus hermanos de la Hermandad de San Juan del Puerto en la parroquia almonteña de la Asunción en este Año Jubilar.

La peregrinación extraordinaria, que se inició el día anterior, sábado, en la casa de hermandad de Emigrantes, obedece a lo que la corporación rociera tenía previsto celebrar el pasado año y que fue suspendida debido al fallecimiento del Presidente de la hermandad, don Eduardo Fernández Jurado.

Desde el primer momento de iniciar la comitiva su camino, los protagonistas fueron la convivencia, la ayuda fraternal, la devoción y amor durante intensas horas vividas por todos los peregrinos, compartiendo el avitualla¬miento para hacer más llevaderos las decenas de kilómetros recorridos. No obstante, el momento para el recuerdo durante esta travesía fue el fervoroso rezo del Santo Rosario con la iluminación de cientos de velas que tuvo lugar por la noche, en Villarejos.

La comitiva de Emigrantes llegó a la capilla del Gran Poder de Almonte para seguidamente poner rumbo por las calles de la población hacia el ansiado reencuentro con la Reina de las Marismas, en la parroquia de la Asunción, y celebrar el sacramento de la santa misa, que pondría el punto y final a unas intensas jornadas de hermandad sin que se haya producido ningún tipo de incidente.