Una Hermandad del Rocío: una gran noticia para el mundo



Una Hermandad que no genera noticias no tiene vida.

Una Hermandad que sólo vive de cara a los días de la romería, a los cultos previos, a la jornada del camino de ida y vuelta, a la estancia en la Aldea, pero no camina diariamente por las arenas cotidianas, ha perdido el norte y el verdadero sentido que le lleva a todo lo demás.

Una Hermandad que no abre sus puertas para que se viva con intensidad el mensaje del Evangelio, -que es el mensaje que la Virgen del Rocío quiere que descubran aquellos que aun no lo hicieron-, no está preparada para dar un salto de trampolín y experimentar que ser Hermandad de Nuestra Señora del Rocío es ser seguidor de El Pastorcito Divino, con todas sus consecuencias, con generosos sacrificios, con horas de entrega, con dádivas de amor, con cosas que están muy por encima de un mero “costo” centrado en cuánta cantidad de comida y de vino se va a llevar en una carreta o en una carriola.

La noticia de una Hermandad no puede ser jamás lo poco o lo mucho que se canta entre sus paredes, sino la acogida que, de corazón, se ofrece a los de dentro y a los de fuera, la ausencia total de acepción de personas, de distinción entre sus hermanos, que van todos a una, empujando el mismo carro y amparados por el mismo Simpecado.

Una Hermandad que se nutre de las noticias de otra Hermandad, que necesita contar lo que hacen otras hermandades, es porque por sí misma no tiene nada que comunicar al mundo. Y es entonces cuando hay que tomarse el pulso, respirar y retomar las raíces de aquellos orígenes por los que un día se levantaba algo tan hermoso, pero con tantas connotaciones que, de quedar en el olvido, pierde todo su valor.

Ser noticia en los días de Rocío es fácil, pero la única noticia importante de la Romería del Pentecostés almonteño es la venida del Espíritu Santo alrededor de la Virgen, por lo que cualquier otra noticia, por grande que nos parezca, carece de importancia. Lo difícil es ser noticia el resto del año, cuando las arenas quedan sepultadas por el asfalto de nuestros pueblos o ciudades y, sin embargo, como si fuera una vocación a la que el rociero es llamado, hay que seguir caminando, trabajando, ayudando.

Hay poco conocimiento de lo que hacen las Hermandades rocieras, de cómo viven internamente, de las noticias que son capaces de generar porque, sencillamente, no paran de organizar actividades, convocar a la formación, invitar a convivir fraternalmente en ésta sociedad cada vez más pobre en valores.

Quienes hacemos éste Periódico Digital Rociero, tenemos la suerte de haber conocido todo lo contrario y ya es momento de darlo a conocer, otorgándole el tratamiento merecido y haciendo que cada noticia de cada Hermandad, por pequeña que pueda parecernos, se convierta en única y sirva de ejemplo, a su vez, para el resto de hermandades, pues cualquier Hermandad del Rocío puede convertirse en una gran noticia para el mundo.

Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es