El mes del Rosario




Octubre es el llamado “mes del Rosario”, una oración universalmente conocida que nos ayuda, de la mano de la Virgen, a acercarnos más a Dios y a recibir las gracias que la intercesión de la Madre nos otorga.

Para los cristianos debería ser un tiempo hermoso de oración, de compartir ratos de silencio y contemplar con la Virgen los misterios a los que el rosario nos invita.

No debería haber un solo rociero en toda la faz de la tierra que se prive un solo día de rezar el rosario, de desgranar cada Padre nuestro, cada Ave María, con unción y recogimiento, sabiendo realmente lo que se está expresando en la oración que Jesús nos enseñó y en el saludo del Ángel Gabriel a la Virgen.

Si en estos días vas a visitar a la Virgen del Rocío en su santuario, si vas a acudir a orar ante el Simpecado de tu Hermandad en la iglesia en la que se le rinde culto, si vas a pasar un momento de paz en algún templo, anímate a rezar el rosario, tenlo con orgullo en tus manos y ve, poco a poco, llenando tu alma de fe, de gratitud, de serenidad…

Puede que en tu corazón haya alguna súplica que consideras urgente, dásela a la Virgen mientras la saludas con la oración más conocida en el mundo, dile que confías en Ella y que por cada Ave María Ella se encargue de aumentar tu confianza y de concederte la gracia que le imploras.

La historia está llena de experiencias de personas que, gracias a este rezo, han tenido numerosas personas que lo elevaron con fe desde su corazón al corazón de la Santísima Virgen.

Nosotros, los rocieros, le rezamos bajo la advocación de Rocío con todo nuestro ser, que así como Ella no baña de su Rocío inagotable, también nosotros reguemos de Ave Marías cada día del mes de octubre, el mes del Rosario.

Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es