Un camino permanente del Rocío



Me llama la atención, lectores y amigos de periodicorociero.es -Periódico Digital Rociero, que a lo largo del año sean tantas las personas que, bien por promesa, bien por alguna petición a la Virgen, bien por acción de gracias, realizan el camino a pie para llegar al Santuario del Rocío.

Siempre me he preguntado por qué el Rocío no tiene un camino fijo, para que de forma personal, o en grupos, los cristianos y rocieros en general, puedan dirigirse andando hasta la Aldea almonteña, y aprovechar ese camino para la reflexión, la meditación y la riqueza espiritual que el Rocío supone y que a veces pasa desapercibida. Un camino trazado desde puntos concretos y que establezcan distintas rutas, unas más cercanas, -se me ocurren caminos específicos desde Cádiz, Sevilla y Huelva-, y otra más distante, que podría tener como inicio Madrid, y que del mismo modo que existe el Camino de Santiago, se consideren los matices abundantes que tiene nuestra devoción mariana para que se establezca un camino permanente del Rocío.

Que nosotros, los rocieros, cuando hablamos de camino lo hacemos en alusión al camino de la romería, o a la peregrinación anual que hacen nuestras Hermandades, todos lo sabemos, pero me estoy refiriendo a ese otro caminar que buscan numerosas personas y que, “huyendo” de la parte ruidosa y propia de la fiesta, tan conocida y lógica en los días grandes de Pentecostés, también ansían, sin recurrir a otra advocación que no sea la suya, dejar que el silencio, el paisaje y el peregrinar, las conduzcan a esa parte interior que tenemos en desuso y que cuando usamos nos libera el alma y nos abre más a Dios y a la mediación de nuestra Madre.

El camino permanente del Rocío podría, incluso, contar con las casas de Hermandad como refugios o acogida de los peregrinos que deban pasar por lugares en los que resida una Hermandad rociera, con Sacerdotes que estén dispuestos a sembrar la paz del evangelio por esas sendas y con guías espirituales que nos enseñen a conectar nuestras almas con el corazón del Pastorcito Divino.

¿Usted estaría dispuesto a caminar a pie para encontrarse con Ella aunque tuviera que recorrer muchos kilómetros?
No es una idea tan disparatada. Y estoy segura de que ni una sola de las pocas rutas trazadas estaría sin peregrinos para ir a ver a la Virgen del Rocío. Y si no, véanlo ustedes mismos, y cuando se acerquen a visitar a la Blanca Paloma, miren si por el Camino de los Llanos, o por la carretera que separa Almonte del Rocío, no se encuentra a alguien que vaya a su encuentro.

Francisca Durán Redondo
Directora de periodicorociero.es