Devotos de la Virgen del Rocío

“Los rocieros limitáis vuestra devoción a la Virgen a las prácticas externas” ¿Alguna vez os habéis tenido que defender de este tipo de afirmaciones, que además viene, en la mayoría de los casos de gente que no ha mirado frente a frente, jamás a la Virgen del Rocío? Yo sí y en no pocas ocasiones.

Es cierto que si reducimos nuestra devoción a lo sensible de ésta sin buscar la solidez, no se puede decir que seamos verdaderos devotos de la Virgen. Rezaremos el Rosario sin interiorización de manera sistemática, participaremos en la Misa pero sin poner demasiada atención, formaremos parte de una Hermandad pero sin que nuestro compromiso con ella vaya más allá de cumplir con una cuota y del lucir una medalla… ¿Para qué vamos a negarlo? Es obvio que en el Rocío este tipo de situaciones suceden, pero ¿no sucede en tu parroquia?¿no sucede en tu cofradía de penitencia?¿no sucede con otras advocaciones?. Lamentablemente ocurren en muchos otros ámbitos, pero que por suerte o por desgracia, no tienen la repercusión que tiene la romería almonteña.

Ya San Luis María Grignon de Monfort, en su “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen” dice que este tipo de personas que ponen el acento en lo externo, se encuentran entre los que él cataloga como “falsos devotos”. Pero no lo olvidemos, también tilda de falsos devotos, a los que rechazan cualquier forma de piedad popular, a los que piensan que por la veneración a la Virgen deshonran a su Hijo, a los que tras la máscara de cristianos y marianos esconden graves pecados, a los que sólo recurren a la Virgen a implorarle favores…

Si tuviéramos que hacer un examen de conciencia en nuestro interior ¿no encontraríamos en nuestra devoción a la Virgen algún tipo de carencia?¿Cómo sería el examen de conciencia respecto a la Virgen?. Estas podrían ser alguna de las preguntas ¿nos atrevemos a responderlas?:

¿Vivimos una devoción a la Virgen en nuestro interior?
¿Depositamos en las manos de la Virgen del Rocío toda nuestra confianza (en nuestras dudas, en nuestras tentaciones, en nuestras debilidades, en nuestras alegrías, en nuestros problemas…)?
¿Evitamos el pecado e imitamos sus virtudes?
¿Somos constantes en nuestro amor a María o caemos al mínimo contratiempo en la desesperanza?¿Es desinteresada nuestra devoción o sólo esperamos recibir de Ella los favores que suplicamos sin servirle también en los sinsabores? …


Ser rociero, y por tanto devoto de la Virgen, no es, únicamente, deleitarse en la belleza de su imagen, pertenecer a una Hermandad o hacer el sacrificio de un camino andando…ser devoto de la Virgen del Rocío es mucho más ¿quién dijo que fuera fácil?. No hemos de desalentarnos si aún no lo somos, he tenido la dicha de conocer verdaderos devotos de la Virgen del Rocío por lo que se puede conseguir ¿nos atrevemos?