Una eterna primavera

“Si no están los amigos, es como si le faltara, la primavera al camino”.

Así termina una bellísima sevillana, por todos conocida, y que resume perfectamente lo que es el Rocío.

A nivel personal, la mayoría, hemos ido al Rocío o hemos hecho por primera vez el camino, siempre de la mano de familiares o amigos. No se puede concebir el Rocío sin compañía, sin convivencia... Incluso aquellas personas que peregrinan solas hacia nuestra Madre, están rodeadas en todo momento de otros peregrinos que mutuamente se consuelan, se dan fuerzas entre unos y otros; caminando en silencio y a solas, pero sintiendo interiormente que tienen a alguien en quien apoyarse si las fuerzas flaquean.

Esas personas que te rodean, esos, con los que compartes lágrimas y risas, secretos y esperanzas. Esos rocieros que te enseñan día tras día los mejores valores, que a la vez, inculcamos nosotros a los que van llegando; esos son los que han formado y forman tu Rocío.

Qué orgullosos nos sentimos, cuando las nuevas generaciones van siguiendo los pasos de los que los preceden. Qué orgullosos cuando tan pequeños, los ves arrodillarse en la reja, los ves rezando mirándola fijamente; los ves trabajando por su Hermandad; los ves… Haciendo Rocío.

Qué sentimiento tan inmenso, al ver, que aquel peregrino que te dijo que venía sólo “para probar”, se derrumba cuando llega ante Ella. Qué estremecimiento cuando lo ves empujando, ayudando en los atascos de esos bancos de arenas, desenganchando su carriola y dejando al lado su bienestar, para ayudar a otros.

Al igual que dentro de las hermandades debe prevalecer ese sentimiento de unión entre sus hermanos, entre las hermandades del Rocío debe estar presente también entre unas y otras. Todo lo anteriormente dicho, podemos extrapolarlo a nivel de las hermandades. Esos apoyos constantes, ese trabajo durante todo el año por el bien común del mundo del Rocío, esas charlas, consejos, ese apego, aprecio y cariño que se forja con el trato diario.

Que no se pierdan en el Rocío esas amistades, esa colaboración mutua, los apoyos entre unos y otros. Que no se pierdan esos consejos, esas enseñanzas, nuestros valores… Que no se pierda el verdadero significado del Rocío.

Eso es el Rocío, UNIÓN. Que no le falte nunca la primavera al camino, porque el Rocío es Ella y todo lo que nos transmite y enseña.

Nuria Pérez Torres